viernes, 4 de julio de 2008

Escribe

Coge un bolígrafo y un papel y siente todo lo que te rodea. A ti mismo y a los demás. Lo vivo y lo inerte. Todo.
Sólo deja fluir tu mano en contacto con el bolígrafo y llena esa fría hoja en blanco con la tinta de tus motivaciones, secretos y anhelos. Tamiza un poco las palabras y habrás plasmado un fiel reflejo de ti en lo que antes era un papel sin más. Habrás dejado la huella de tus sentimientos y de tu estado de ánimo en ese preciso instante.
La primera vez que hagas esto, no te gustará el resultado, pero aún así, ese papel será como un espejo en el que te verás reflejado.
Mucha gente siente vergüenza de lo que escribe, no debes dejarte llevar por ese patrón. Muéstrate al mundo tal como eres aunque ese mundo nunca vaya ser más que el cajón de tu mesita de noche. Será tu secreto mejor guardado. Sólo tú y la oscuridad del cajón sabréis de la existencia de esos pequeños fragmentos de tu paso por esta vida.
Pero te propongo, que a medida que vayas escribiendo, vayas sacando a la luz, lo que llevas dentro. Esas libretas repletas de tu esencia merecen algo mejor que ocupar un sitio en tu cajón. Compártelos con el mundo y el mundo compartirá sus realidades contigo.
Con esto no digo que seguro vas a ser más feliz, ni vas a ser mejor persona, pero te ayudará a expresarte mejor en tanto que ser humano y conocerás partes de ti mismo que ni tan solo podías imaginar.

¿Vale la pena intentarlo, no?

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